El alto coste de una libra barata
DOI:
https://doi.org/10.52195/pm.v8i2.253Abstract
Todos los días, usted puede leer algún comentarista económico o político celebrando el hecho de que Gran Bretaña ha mantenido su propia moneda en lugar de unirse al asediado euro.
Esto, según reivindican, ha permitido que la libra esterlina pier-da valor, por lo que los productos británicos resultan más baratos para los extranjeros y, de ese modo, se estimula el crecimiento de las exportaciones. El argumento es que si Grecia y Portugal tuvie-ran su propia moneda nacional y no tuvieran la carga del euro, podrían seguir el mismo camino hacia la recuperación económica.
Al igual que la opinión económica estándar de comentaristas y políticos, esta es una idea necia. Cuando la libra esterlina se devalúa los exportadores británicos se benefician. O bien reciben más libras a cambio de las ventas denominadas en moneda ex-tranjera, o cae el precio en moneda extranjera de sus productos y venden más. Pero esta ganancia de los que venden a los extran-jeros se compensa por la pérdida de los que compran a los extran-jeros, que ahora deben pagar precios más altos. Las devaluacio-nes de divisas proporcionan efectivamente un subsidio para los exportadores financiado por un impuesto a los importadores.
Si usted se preocupa más por los exportadores que por los im-portadores, tal vez porque usted mismo es un exportador, es po-sible que celebre este resultado. Pero si es un espectador neutral, como seguramente son los comentaristas económicos y políticos, esta transferencia de riqueza de los importadores a los exporta-dores no debería ser una fuente de alegría para usted. En gene-ral, los británicos no están en mejor situación.