Economía e instituciones en el pensamiento de Antonio Rosmini: coincidencias y diferencias con la tradición liberal
DOI:
https://doi.org/10.52195/pm.v6i2.295Abstract
Antonio Rosmini (1797-1855), verdadero gigante del pensamiento, permaneció incomprensible y asombrosamente oculto para el lector general durante casi un siglo y medio. La obra del «roveretano» —como se llama a Rosmini por su nacimiento en Rovereto, al norte de Italia— sufrió el conflicto del penoso parto de la modernidad dentro del seno de la Iglesia y la cultura católicas del siglo XIX. Sus casi cien tomos —que van desde la Metafísica hasta la Economía pasando por la Antropología, la Ética, el Derecho y la Política— fueron objeto de numerosos estudios predominantemente italianos, durante la segunda mitad del siglo XIX y todo el siglo XX. Así, su obra está comenzado a ser realmente descubierta para el mundo entero en este principio del siglo XXI.
Pero, ¿por qué traemos a colación a este filósofo católico en relación al tema de economía e instituciones? En primer lugar, porque, a diferencia de muchos católicos de la era moderna, Ros-mini no compartió un ideal medieval-corporativo de la sociedad ni rechazó todos los cambios introducidos por la modernidad, especialmente el papel cada vez más importante de la economía, del mercado y de la nueva ciencia de la economía política. En efecto, Rosmini fue un pensador católico sui generis que no podría de ningún modo ser clasificado entre quienes consideraban despectivamente estos resultados de la modernidad como meros productos de una mentalidad burguesa o utilitarista. Si bien respetó y amó la tradición, no compartió la visión de los católi-cos tradicionalistas que sostenían la oposición esencial entre las realidades económicas y el ideal religioso de la vida. Pero tam-poco podría ser ubicado entre los católicos «sociales» que siem-pre vieron al mercado como enemigo irreconciliable de la justi-cia social y de la caridad cristiana. Rosmini fue uno de los primeros grandes pensadores católicos que, en pleno lanzamiento de la era industrial y de la nueva economía política, y después de los casi dos siglos transcurridos desde el último gran proyecto de ética económica cristiana de la escolástica española, encaró un proyecto de síntesis e integración entre las esferas de la economía, la ética y la religión en perspectiva moderna.