Origen de las normas del recto actuar en Hayek
DOI:
https://doi.org/10.52195/pm.v5i1.321Abstract
En el Epílogo intitulado Las tres fuentes de la valoración humana, del tercer volumen de su trilogía, Derecho, legislación y libertad, Hayek critica la idea de que los valores humanos tengan un origen biológico u orgánico o animal, pues a decir de él mismo «siempre me ha inquietado la excesiva ligereza con que frecuen-temente se intenta trasladar al análisis del humano comporta-miento las conclusiones alcanzadas en la observación del compor-tamiento animal» (p. 261). El origen de los valores no es de carácter filogenético, tampoco lo serán las normas. Este ensayo tratará de esclarecer el origen de las normas a través de una teoría psicofísica del orden sensorial.
La postura o tesis de Hayek es que el proceso evolutivo dio paso a la formación de estructuras culturales de tipo complejo. La antropología cultural, disciplina que ha sido coherente con el concepto de evolución adaptativa en el estudio del orden social, podrá revelarnos algunas luces a tan espinoso asunto. Es de muchos muy sabido que para Hayek tanto las instituciones como las normas no son frutos de proyectos intencionados, sino más bien consecuencia de la supervivencia de las más eficientes insti-tuciones sociales, surgidas gracias a un prolongado proceso competitivo y continua actividad de ensayo y error. Sin embar-go, el conocimiento práctico incomprensible a la inteligencia humana y accesible en la práctica, paradójicamente o maravillo-samente, está basado en una ignorancia ontogenética. Hayek está convencido de que vana resultaría una genealogía o arqueo-logía de tal conocimiento práctico normativo.
Lo cultural no es de índole natural (biológico), tampoco ha sido racionalmente diseñado ni establecido por vía genética (filum). La cultura se halla integrada por un conjunto de normas de conductas aprendidas (por y en la experiencia), un tipo de «mecá-nica operativa» que desconocen o ignoran los miembros de la sociedad. Esta docta ignorancia o «sabiduría» cultural es la que se resisten aceptar los «cartesianos-constructivistas» para quie-nes tales normas, necesariamente deben tener un origen innato y no de un espontáneo desarrollo (evolutivo). Para Hayek, más bien, la civilización descansa en el hecho de que la humanidad fuese capaz de someter lo único innato con que venimos al mundo: los instintos animales. Estos se someten a ciertos módu-los de comportamiento establecidos de modo no racional. Ahora bien, si los instintos no se someten a través de la razón ¿cómo es que pueden someterse por otra vía?
References
FRIEDRICH A. HAYEK. Derecho, legislación y libertad. Vol. 3. El orden político de una sociedad libre. Trad. Luis Reig Albiol. Unión Editorial, Madrid, 1982. Epílogo. Las tres fuentes de la valo-ración humana.
— La Fatal Arrogancia. Los errores del socialismo. Unión Editorial. Madrid, 1990.